EL DESAYUNO ATRAGANTADO DE MOUSTAPHA, EL LADRóN QUE HUYó TRAS ROBAR DOS MILLONES DE UN FURGóN

La Alameda Principal de Málaga estaba de bote en bote. Lugar de paso de ciudadanos y turistas que transitan por el centro de la ciudad, iban a convertirse testigos de una escena de esas hacen que te preguntes: "¿Qué ha pasado?". Un tipo con chándal, camiseta oscura y chanclas sale de un pequeño supermercado con el desayuno, cuando cuatro agentes de paisano lo reducen, tiran al suelo y esposan. Todo transcurre con tanta rapidez que los transeúntes no reaccionan para sacar el teléfono móvil para grabar. Moustapha N., nombre verdadero del objetivo, es llevado con rapidez a un coche camuflado.

A las 11:20 de ese 12 de mayo concluyó una investigación contrarreloj de la Policía Nacional para atrapar al último miembro fugado de una peligrosa banda de ladrones que robó dos millones de euros tras asaltar un furgón de transporte de dinero en la localidad alemana de Saarlouis-Lisdorf. Un golpe en el que utilizaron explosivos para perforar el blindaje del vehículo y donde abrieron fuego contra los policías que los persiguieron.

Amparo de la Gama

Fuentes cercanas al caso explicaron que, tras localizar en Sevilla al jefe de la banda, y detenerlo posteriormente en Tarragona, una información situó en la capital malagueña al último miembro que continuaba fugado. Los investigadores del Grupo de Atracos de la Comisaría Provincial, sabedores de que el delincuente se movió con "seis o siete identidades falsas", comenzaron a peinar todos los establecimientos hoteleros. La tarea era compleja porque Málaga cuenta con más de 120, pero este trabajo de campo acabaría dando sus frutos.

En un hostel ubicado en el Soho, como se llamó al barrio de las artes y las letras, se había registrado alguien con uno de los nombres que solía usar el fugitivo. Se estableció un dispositivo de vigilancia y cuatro agentes se apostaron en distintos puntos para verificar. El casting de identificación arrancó cuando los hospedados comenzaron a desfilar desde primera hora de la mañana. El perfil de la clientela era el de turistas que priman un coste asumible y al que no les importa compartir una habitación. Y había que afinar.

El ladrón solo llevaba unas pocas prendas, documentación falsa y un móvil prepago. No se halló rastro del dinero

Uno de los investigadores alertó a sus compañeros sobre un individuo próximo a la cincuentena que iba con un aspecto desaliñado. Su rostro se parecía mucho al del tipo que buscaban, pero no se atrevía a certificarlo con total rotundidad, por lo que decidieron seguirlo y asegurarse. No se podían permitir fallar porque podrían revelarse.

El sospechoso comenzó a callejear y, durante su trayecto, adoptaba evidentes medidas de seguridad. Se adentraba en calles poco transitadas y "miraba constantemente a su alrededor" para detectar seguimientos. Algo que no le sirvió de mucho. Moustapha N. entró en un supermercado exprés de la Alameda Principal para comprar el desayuno sin percatarse de que entre el resto de los clientes había un agente que seguía sus pasos y que fue quien confirmó que era la persona que buscaban. Cuando pagó la compra y había cruzado el umbral de entrada del negocio, se abalanzaron sobre él.

"Al principio estaba asustado, porque pensaba que podíamos ser de otra banda, pero, cuando comprendió que éramos policías, se relajó". Eso sí, inmediatamente después, sacó el malo que lleva dentro y "se cerró en banda". En el registro que se hizo en el hostel no se halló ni rastro del dinero robado, tan solo unas pocas prendas de ropa para cambiarse, un teléfono prepago y un documento francés falso al que le habían aplicado un lavado químico.

Este pasado miércoles, tras ingresar en prisión de forma preventiva, fue trasladado a la Audiencia Nacional en respuesta a la orden europea de investigación y detención (OEDE) emitida por Francia.

P. Barrientos

Los hechos delictivos por los que ha sido detenido se remontan al pasado 13 de enero, cuando un furgón de transporte de dinero fue asaltado en la localidad alemana de Saarlouis-Lisdorf. El robo estaba perfectamente organizado y, horas antes de perpetrarse, sus autores habían dejado en la carretera varios bloques de hormigón de grandes dimensiones para que el furgón tuviera que detenerse. Una vez parado, los ladrones utilizaron explosivos para perforar y superar el blindaje del vehículo y hacerse con un botín que ascendió a unos dos millones de euros.

Cuando emprendieron la huida hacia Francia, tirotearon a los policías germanos que los perseguían, hasta que lograron escapar. Finalmente, abandonaron y calcinaron los coches utilizados para el robo en diferentes localidades galas.

Arrestos en Francia

Ante estos hechos se inició una operación conjunta entre los cuerpos de seguridad alemanes y franceses, que tuvo como resultado la detención en Francia de 17 de los integrantes del grupo criminal que había perpetrado el atraco.

Tras un paso previo por Sevilla y Tarragona, se detuvo a otro de los miembros de la banda que también se refugió en España

A continuación, se llevó a cabo una serie de registros domiciliarios en los que, además de parte del botín, que estaba oculto en bolsas, se hallaron datos de interés que llevaron a constatar que había otras dos personas más implicadas en el atraco. Una de ellas era el autor intelectual, un súbdito francés que estaba desaparecido.

La Oficina Central de Lucha Contra la Delincuencia Organizada de la Policía Nacional francesa tuvo conocimiento de que esta persona había cruzado la frontera española a bordo de un vehículo con matrícula gala. Avanzadas las pesquisas, los agentes lograron localizar al investigado en un hotel de la localidad sevillana de Dos Hermanas bajo una falsa identidad. Con todo ello, las autoridades judiciales francesas emitieron las correspondientes órdenes europeas de detención y entrega (OEDE).

Pablo D. Almoguera

Tras el inicio de las investigaciones en España, los agentes lograron determinar que el fugitivo se había desplazado desde Sevilla hasta Salou (Tarragona), donde se hospedaba en un establecimiento hotelero de dicha localidad.

Al día siguiente de tener conocimiento de ello, y ya bajo control policial, el investigado inició el desplazamiento hacia la frontera francoespañola, circunstancia que fue comunicada a las autoridades del país vecino. Una vez en su territorio, fue arrestado en compañía de otros tres individuos.

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