¿SIN FEMINISTAS EN LA UNIVERSIDAD?
A las mujeres nos ha costado siglos llegar a la universidad. Y algo más a las feministas. Desde que en las facultades existen los departamentos y cátedras dedicados a las opresiones de género que tanto influyen en nuestras vidas podemos pensar mejor y pensarnos con mayor precisión. Sin mujeres en las universidades seguiríamos siendo unas castradas en saberes y la sociedad entera sería más pobre sin las aportaciones de la mitad de la población.
Sin feministas en las universidades no tendríamos una conciencia crítica sobre el alcance del machismo ni contaríamos con datos que arrojaran luz sobre la desigualdad y la discriminación en los numerosos ámbitos estudiados. Por ejemplo: la antropóloga Marcela Lagarde acuñó el término 'feminicidio' como genocidio contra las mujeres. Sus contribuciones a la lucha contra la violencia machista son de sobras reconocidas y se trata de una figura clave en el pensamiento feminista contemporáneo.
Todo esto no parece que lo tuvieran en cuentas los mozos (casi todos hombres) que la semana pasada irrumpieron en la sala de la universidad Complutense de Madrid en la que Marcela Lagarde daba una conferencia. Gritando consignas del llamado transactivismo con la cara tapada, estos estudiantes vulneraron derechos tan fundamentales como la libertad de expresión y la de cátedra.
Se dicen defensores del colectivo más oprimido de todos pero sus actos no distan mucho de las reacciones con las que se encontraron las primeras chicas en entrar en la universidad a principios de siglo XX que fueron recibidas con insultos, acoso e incluso alguna pedrada. Lo peor de todo: el silencio de la Complutense ante la gravedad de los hechos.
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